Cualquier artista puede tratar de grabar un disco en el que navegue diferentes estilos, pero eso no quiere decir que los resultados tengan siempre sentido. No sucede lo mismo con Santa Fe Klan, que salta musicalmente de un lado a otro de manera impresionante.
A diferencia de los artistas que se definen a veces como alternativos, este mexicano no combina necesariamente estilos distintos en una misma pieza, sino que deja que cada una de sus creaciones siga su rumbo natural. En lugar de quitarle méritos, la estrategia resulta plenamente efectiva.
“Bueno, yo no hago todo; el rap sí es todo mío, pero me junto con la gente que sabe para las demás cosas”, precisó con modestia nuestro entrevistado, antes de hablar de sus colaboradores. Por ejemplo, los ‘beats’ de reggaetón en un par de temas fueron hechos por Dímelo Flow, un DJ panameño afincado en Florida que ha trabajado con estrellas como J Balvin, Ozuna y Nicky Jam, mientras que las incursiones en la música regional mexicana llegaron a buen puerto gracias a la asistencia de Julián Villarreal “El Moko”, un productor de Monterrey que trabajó con el ya citado Celso Piña y que fue bajista del aclamado grupo de fusión El Gran Silencio.
“A la gente de mi barrio le parece chido verme tocando cumbias y cantando sobre lo que vivimos”
— Santa Fe Klan/ Cantante
De todos modos, Santa Fe ha evolucionado no solo como rapero, sino también como cantante. Cuando grabó sus primeras canciones, a los 13 años, su voz no estaba muy desarrollada. Ahora, en cambio, exhibe una versatilidad incuestionable. Y sus alcances internacionales se han expandido con colaboraciones que figuran en las redes sociales de figuras de tanta pegada como la agrupación mexicana de cumbia Los Ángeles Azules, que lo convocó al lado de la aclamada rapera argentina Cazzu para la elaboración del monumental éxito “Tú y tú”, cuyo video oficial, lanzado a inicios del mes de marzo, ha sido visto más de 11 millones de veces en YouTube.
“Yo creo que eso de la voz se ha dado de tanto hacerlo, al ir aprendiendo las mañas y fijándose en los errores”, especuló el intérprete y autor. “Siento que me falta mucho por aprender; tengo incluso una lista escrita con lo que necesito. Pero nunca he ido a clases de música. Todo es natural, y lo disfruto de ese modo”.
“Llevo casi 30 conciertos en estos días y me siento bien de la voz, porque ya aprendí cómo cambiar el sonido, para que salga de la panza, de la garganta o de la cabeza”, describió. “Siento que ahora tengo mucho más control al escribir, al grabar y al cantar”.